Aunque
su titulo suena como una película porno, Lucía
y el sexo no lo es. Esta película española del año 2001, hecha por el
director Julio Medem, trata sobre cómo las personas hacen frente a las partes oscuras
de la vida.
La
película empieza con Lucía, una mujer al final de las viente, que viaja a una
isla para ocuparse de la perdida de su novio, Lorenzo. El enfoque cambia
rápidamente a la historia de relación.
Desde
hacía seis años, Lorenzo era novelista que había escrito una obra que había, aunque
lo desconocía, capturado el corazón de Lucía, que era camarera. Son
desconocidos, pero ella confesía su amor a Lorenzo, y para su sorpresa, él se
enamora de ella. Ellos empezaron una aventura apasionada y están alegres hasta que
Lorenzo, que tiene problemas con escribir su siguiente novela, descubre que tiene
una hija, Luna, el resultado de un lío de una noche hacía cuatro años. Ya
obsesionado con escribir su nuevo libro, el encuentra una historia en sus
sentimientos conflictivos sobre su hija- la vergüenza de no cuidarle, ni decir
la verdad a Lucía. Él conoce a la niñera de su hija, Belén, una mujer enamorada
del novio de su madre, y ahora ambos obsesionado con el oscuro en sus corazones,
planean tener sexo en la casa de la hija. Antes de tener sexo, sin embargo, el
perro del novio de la madre de la hija mata a la hija. Lorenzo huye, él entra en
una depresión, hasta que casi se mata en un choque de carros. Por eso, Lucía
está en la isla, la misma donde fue concebido Luna.
El
enfoque siempre cambia del pasado a la isla en el presente. En la isla, Lucía
conoce a dos personas, Alena y Carlos. Lo que ella no sabe, sin embargo, es que
Alena es la madre de la hija de Lorenza, y que Carlos era el novio de la madre
de Belén. Durante su tiempo en la isla, Lucía, como a otras personas, hace
frente a su pasado y se da cuenta de lo que pasó en la realidad en su relación
con Lorenzo. Al final, Lorenzo se despierta de su coma, y viaja a la isla,
donde tiene la oportunidad de llorar por la perdida de su hija con Alena.
Después, se reconcilia con Lucía.
Lo
que me gusta sobre esta historia es que es relevante a nuestras propias vidas.
Todos nosotros tenemos nuestro lado oscuro, y un pasado lleno de
arrepentimiento. Una película como Lucía
y el sexo reconoce esto, pero también nos da esperanza de que podemos
superarlo y lograr la felidicad.
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